junio 19, 2024

Si parece una paella y sabe como una paella…

MARIO GARCÍA ///

@arrozavec

En el mundo gastro, cabe todo menos ir de entregado de la cocina de experimentación y luego ser un talibán con los platos de tu pueblo. 

La polémica siempre ha estado servida -nunca mejor dicho-. Y es que, en cuanto a la mesa se refiere, somos capaces de dejar al descubierto el pequeño gran tirano que llevamos dentro. 

Hablo del despropósito que supone tener la apertura suficiente para recibir con la boca abierta cualquier batiburrillo de sabores en nombre de la comida fusión (lo cual aplaudo), pero después mutar hacia un totalitarismo absoluto en cuanto a recetas regionales se refiere (lo cual desprecio). 

Quizá a más de uno le rompa los esquemas descubrir esto pero os contaré un secreto: Los platos y recetas tradicionales no responden a fórmulas matemáticas inquebrantables transmitidas por una fuerza superior, sino a improvisaciones creadas por humildes personillas fruto de las necesidades y carencias de cada época.

Es decir, si hace un porrón de años les hubiera dado por cazar bichos de campo en vez de bichos de mar, hoy probablemente estaríamos sacando pecho de las fabes con abejas en el norte y del salpicón de mosquitos en el sur. 

Y aquí va un dato con el ánimo de sacudir los estómagos más quisquillosos: ¿Sabíais que en las primeras versiones de la paella valenciana echaban todo lo que encontraban en la Albufera incluyendo anguilas, pájaros y ratas de agua? Ahora vete a decirle al que te invitó el otro día a una en su casa que no debería haberle puesto cebolla al sofrito… 

(Conste que, personalmente, cualquiera de esos tres ingredientes me siguen pareciendo opciones más respetables que el garrofón o la bajoqueta). 

La Corte - Si parece una paella y sabe como una paella…
Cuadro de Conrado Meseguer Muñoz

Un clásico de estas sabandijas es crucificar la magia gustativa que ofrece la pizza con piña pero luego, por alguna desconocida razón, salvar de la quema a otros combos enigmáticos como el melón con jamón. Y es que muchas veces la coherencia que muestran se marcha por el mismo desagüe por el que acaban todas nuestras ingestas.  

Este es el tipo de persona que paga extasiada 18 leñazos por un rollo de uramaki tropical con fresa y plátano, pero luego en casa de su madre le corta el paso a la pobre mujer como un portero de discoteca si se acerca con un bote de pimentón para echarle a los garbanzos. 

Si te desmayas al imaginarte acercando un frasco de curry a unas lentejas, ¿qué coño crees que llevan haciendo los indios durante siglos? 

La Corte - Si parece una paella y sabe como una paella…
Mesa experiencial de @tiberi.club

Tan open-minded que somos para unas cosas y tan paletos para otras… En el mundo de la cocina, no caben ortodoxias ni dogmas. El único juez debe ser tu estómago y sus capacidades digestivas.

¿Hasta dónde serás capaz de ponerlas a prueba?

Facebook
Twitter
LinkedIn

No te lo pierdas

Forma parte de nuestra comunidad y recibe tu membresía Flecha abajo