Con Ben Yart nunca sabes qué va a pasar, ni qué va a decir o por dónde va a salir. En esta ocasión le encontramos ingresado forzosamente en un centro psiquiátrico porque él se ve como el Dios de la empatía y ‘ellos’ no. Su misión ahí es curar a todos los usuarios, hacer un viaje por sus miedos y delirios; siempre acompañado con ese toque de humor y sinceridad ácida que tanto le caracterizan. ¿La cuestión? Que acabamos cuestionándonos cómo arreglar TikTok o salvar España.
“Sé que soy el Dios de la empatía porque cuando miro a un hombre cleptómano me entran ganas de robar, o cuando miro a uno que es policía encubierto me entran ganas de creerme por encima de todo el mundo”, nos explica. Nosotros hemos visto todo el sentido a esto, sobre todo, porque tal y cómo él dice, “no soy el Dios de la bondad, soy el de la empatía”. Así, le planteamos nuestro ya clásico cuestionario con preguntas que no le gustan tanto, y otras que le hacen más gracia.
«Mercaderes, traficantes, más que nausea dan tristeza, no rozaron ni un instante la belleza”. ¿Qué es para ti la belleza?
La belleza es un concepto abstracto que engloba lo que cada persona que la usa quiera englobar. Hacer frases sentenciando lo que significa la belleza es una puta fricada de chaval de 20 años; bueno, veinte por decir algo, aunque ya es un poco de retrasado. Es como, el amor es no sé qué, no sé qué; venga, a callar.
Tu comunicación en redes es impulsiva, alejada de la construcción de un personaje por la que otros artistas apuestan. ¿Es realmente así?
Es realmente así. Solo me da miedo que me llame mi madre.
¿Cuáles son los falsos mitos más frecuentes que existen sobre ti?
Falsos mitos no sé, pero la gente cree que puede despertar algo en mí mencionando nombres de drogas.
Frente a tu imagen más “autodestructiva”, practicas mucho deporte. ¿Qué te ha llevado a ese hábito y cómo llevas la aparición de bultos extraños en tus músculos?
Siempre he hecho deportes porque es divertido cuando se te dan bien. La fuerza y la psicomotricidad son importantes cuando eres un niño porque si no te torean y las chicas pasan de ti. Pero últimamente he demostrado mi poder con demasiado ahínco y mi cuerpo parece haber respondido desarrollando una musculatura sobrehumana que me acerca más a un super saiyan que a mis congéneres. Los médicos dicen que no me tengo que preocupar (ellos no entienden lo que es tener unos hombros así, no entienden que se puede sufrir dismorfia y miedo a despertar envidias, pero no los culpo pues cada uno carga su cruz).
Me contaste que tu tío tocó con el grupo Kojón Prieto y los Huajolotes en los 90. ¿Qué elementos rescatarías del punk, un movimiento tan próximo a ti geográfica y personalmente?
Del punk recuperaría criticarse entre los grupos y si alguien hace una basura decírselo sin que parezca que estás aquí haciendo bullying, sin más, pasaba por aquí vi lo jodidamente mal que lo haces y me propuse decirlo en voz alta por el bien de mi cultura.
Dime dos cosas mejores que pasear con tu perra por el campo.
Mejor que pasear a mi perra por el campo solo hay pasear a mi perra mientras tuiteo con la batería a tope y ligo con diez a la vez. En el póquer le llamamos multitabling.
¿Cuánto crees que ofrecerían tus seguidores a cambio de una riñonera tuya de Pokemon extraviada hace meses en Madrid?
Devuélveme la puta riñonera, gilipollas.
¿Tienes sueños que conecten directamente con tu música?
Rara vez me acuerdo de mis sueños, creo que es por el uso de los porros. Pero, sí, a veces son sobre música; cuando pasa esto me levanto rápido y lo apunto todo, o hago una nota de voz con lo que se me ha ocurrido. Son cosas chulas.
¿Qué es para ti lo más sublime de una comida?
Para mí lo más chulo de la comida es que me cocinen, o cocinar yo para alguien. Y hacer un simpa, hacer un simpa en un sitio donde ves que el tío está sacando demasiado dinero para el servicio que ofrece es una de las mejores cosas que puede hacer un humano; os lo recomiendo encarecidamente.
¿Qué es lo que te sugiere el concepto de «LA CORTE”?
La Corte es un sitio donde solo puedes entrar si eres LA persona.