Bodegones costumbristas: lo que realmente nos identifica
TEXTO /// TERESA AVENDAÑO
@fanfanfatal
El costumbrismo es una de esas corrientes que nunca puede aburrir. Se adapta al momento en el que estamos, nos transformamos con él, se acomoda a nosotros, representa aquello donde nos reconocemos.
El costumbrismo empezó como un movimiento artístico en el siglo XIX para mostrar las tradiciones y el folklore. Actualmente lo encontramos con un toque naif y colorido en formato fotografía, ilustración digital o en lienzos.
Cada vez son más los artistas que se centran en pintar cuadros que simbolizan el momento más común del día: la comida. Un arte que muestra nuestra identidad a través de la selección de platos, la decoración de la mesa, las sillas e incluso el tipo de trazo.
Hablamos de una pintura que está al alcance de todos y es justamente esa razón la que nos conquista: es un arte fácil de entender. Son cuadros que podemos consumir a través de las redes sociales y que si nos cruzamos con ellos en nuestro móvil nos vamos a sentir reflejados.
Nos transmiten la idea de que nosotros ya estuvimos antes sentados en una mesa como esa, ya saboreamos esos platos, ya nos bebimos esa botella.
Al final del día, la comida juega un punto demasiado importante en la vida de todos y, sin duda, todo gira en torno a ella.
Nuestros momentos de descanso en el trabajo están pensados para la comida, nuestros horarios están establecidos según la comida, nos organizamos los días en base a las comidas, el ocio de los fines de semana se establece alrededor de la comida y los eventos importantes se celebran llenos de comida.
Justamente es esto lo que nos cuentan los pintores jóvenes que arrasan en las redes a través de la representación de algo tan rutinario, cotidiano y conocido.
Artistas como Maggie Cowles, Natalie Savage o Noah Verrier, utilizan esta disciplina para congelar este tipo de escenas y evocar momentos de nuestra memoria.
Los colores vibrantes, las formas sencillas o las perspectivas inventadas son algunas de las características que nos llevan hasta momentos que ya hemos vivido. Sin ir más lejos, Verrier triunfa gracias a sus dibujos de hamburguesas de McDonalds, latas de CocaCola y cajas de Corn Flakes.
Estas pinturas representan el hogar de todos nosotros. Un hogar universal donde todos queremos zambullirnos y donde todos encontramos un espacio reconfortante en el que quedarnos.
Son la imagen de nuestros momentos más reconfortantes y, sin duda, es la clave de su triunfo.
