marzo 18, 2024

Oda a la sobremesa. Guía para los no-iniciados.

SARA FONT ///

@sfontastic

Desde Jesucristo y sus apóstoles hasta tu pasado cumpleaños (salvando intensidad e importancia cultural de los dos acontecimientos), la sobremesa es un momento sagrado en la vida adulta.

Foto: Instagram @tiberi.club

Cuando eres niñx, solo quieres terminar corriendo de comer para irte por ahí a jugar alejado de “los mayores”. Cuando creces, tu terreno de juego es la mesa. 

Y es que quedarte sentado participando de la conversación, y darte cuenta de que lo estás disfrutando, es un ritual de iniciación por el que todxs hemos pasado.

Todo puede pasar en la sobremesa.  

Momentos místicos y de hermandad pura, discusiones sobre política, anuncios importantes, caos organizado, obras de arte efímeras en el mantel con boli BIC… La sobremesa se rige por otros códigos distintos a los de la “hora de la comida”. El protocolo es más flexible, más libre… La sobremesa es un vacío legal, ese no-espacio donde puedes desabrocharte el botón del pantalón mientras te repanchingas en la silla.

Entonces, ¿cómo saber cuándo acaba la comida y empieza la sobremesa? Déjame explicarte los códigos.

Cuando alguno de los comensales, estirando los brazos hacia atrás, dice eso de… Bueno, pues ya hemos comido. Ahí es. La señal de inicio. A partir de ese punto… ancha es Castilla.

Para hacerte una idea de cuánto tiempo podrá alargarse el momento, fíjate en las bebidas… ¿Café, té, o espirituosos?.

Si todo el mundo pide café o té, y paran ahí, la sobremesa probablemente no pase de media hora. Pero si piden una bebida más de tranquis o alcohol… Queridx, eso se va a alargar un rato. Y por “un rato” entendemos desde una hora hasta la siguiente comida estipulada, AKA empalmar la comida con la cena. 

Cuando eso ocurre, significa que el momento ha fluido, la compañía es grata, la conversación interesante y la temperatura y la bebida acompañan. Porque, las buenas sobremesas, simplemente ocurren, sin que apenas te des cuenta. Un momentito de esparcimiento hedonista. Unas horas para compartir con los demás olvidando los problemas.  

La magia acaba cuando el cortarrollos de turno repara en la hora y lo menciona en alto. Entonces la carroza de Cenicienta se convierte en calabaza y ya no hay vuelta atrás. Todos los grupos de sobremesa tienen algún cortarrollos oficial, y si no sabes quién es, es que eres tú.

Entonces los asistentes se levantan, la mesa se recoge (las obras de arte creadas se destruyen) y todo el mundo vuelve a la realidad. Con algo más de energía, con las pilas un poquito más cargadas, con un poco más de fe en la humanidad… Porque la rutina es eso que ocurre entre sobremesa y sobremesa. 

¡Y aquí ha llegado la próxima!   

Estamos preparando LA sobremesa para celebrar el lanzamiento de La Corte.  

Será un momento único… y privado. Un espacio de libertad para generar comunidad, sin juzgar ni ser juzgado. Lleno de creatividad, ideas, música, baile, risas, locura, arte, gente top… Donde vivir experiencias difíciles de olvidar.  

La mesa está servida y pronto te contaremos todos los detalles… 

¿Tú también quieres pertenecer a La Corte? Permanece atentx. 

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