El poder de la música: ¿En festivales o en salas pequeñas?
ANTONIO ALFARO ///
@antoni0alfaro
Me siento incómodo abriendo uno de los melones más complicados de la industria, ese que los puretas de la música llevan quemando toda la vida. Sin miedo, lanzo la pregunta: ¿Es mejor la música en festivales o en salas pequeñas?
Empecemos el análisis: los festivales tienen mejor producción, pero el público masivo es una pereza. Las salas pequeñas son maravillosas, la intimidad, la cercanía, el ambiente, la gente, pero es difícil pensar que simplemente por esto ya son mejores. Por no decir que a los artistas internacionales, es prácticamente imposible verlos en conciertos de este tipo (por desgracia). Aquí cada unx puede sentirse libre de hablar de lo que más le luzca. Pero yo siempre me quedo en blanco.
Echando la vista atrás, el concierto más grande de mi vida, y en el que más pequeño me he sentido, fue el verano pasado cuando Rosalía actuó en el Primavera Sound. El concierto íntimo más bonito fue el mes pasado con Tristán en el Heliogàbal.
La música mueve masas, y cada vez lo hace más y más. Y qué es mejor, ¿consumirlo a gran escala o en petit comité? Quién sabe.
Quizá la música tiene tanto poder que ni siquiera nos hace replantearnos qué es lo mejor para nosotrxs. Seguramente ni le importe. Puedes coger tanto como quieras de ella, te puede transmitir lo que le apetezca, puede tener la fuerza que tenga, pero su valor nunca se basará en sold outs, ni en números, porque lo importante siempre será vibrar con ella. Sea frente a miles de personas, apenas treinta, o con tu amigo el indie sacando la guitarra en la playa.
